Conoce San Blas

San Blas es el tipo de destino perfecto para pasear con la familia y amigos un fin de semana.

A lo largo de sus 7 kilómetros de finísima arena se puede disfrutar de un divertido partido de fútbol, caminatas a la orilla del mar, o intentar montar una ola sobre una tabla de surf.

Aunado a las imponentes palmeras y verdes cerros que enmarcan el cristalino mar, uno de los íconos de este destino son Las Islitas, una formación de peñascos cercanos a la orilla de la playa que muchos visitantes se aventuran a explorar para tomarse ahí la foto del recuerdo.

En todo el corredor de esta playa se encuentran típicas palapas con una oferta gastronómica de exquisitos platillos tradicionales, preparados con pescado y mariscos frescos de la zona, que pueden acompañar con una refrescante bebida y las notas de alguna canción popular mexicana; toda una deliciosa tradición que no puede faltar en su visita.

Y en su regreso no se olvide visitar alguno de los negocios asentados a la orilla de la carretera, donde se ofrecen delicias como pan de plátano, cocadas y otros productos típicos de la zona.

¿Cómo es visitar el Muelle de San Blas?

“¿Qué dicen las campanas de San Blas?/ A las naves que pasan al sur/Del puerto de Mazatlán/ A ellas no es nada más”, recita José Nicolás Quirarte mientras contempla el paisaje del puerto de San Blas y repasa los versos en español e inglés desde las alturas de La Contaduría, uno de los tantos edificios que resguarda este importante puerto donde la historia se vive y revive sin importar el paso de los siglos.

“Aquí tenemos muchas historias”, recalca José, orgulloso sanblasense de 78 que ha dedicado su vida a contar la historia de San Blas a las tantas personas que a diario visitan este puerto.

Visitar San Blas es transportarse a otro tiempo, a otro ritmo en el que hasta las actividades más sencillas como pasear por las calles o beber un café adquieren otra dimensión; da la sensación de que se disfrutan más.

¿Qué hacer en San Blas?

Al pasear por sus calles revivirá épocas pasadas que han marcado la historia no sólo del estado de Nayarit, sino de todo México.

Y en este puerto el tiempo es otro, aquí parece que se detiene un poco, con sus haciendas, sus edificios históricos y sus calles que son recorridas por sus habitantes en bicicletas que adaptan de los modos más curiosos.

Esto sin dejar de lado el maravilloso entorno natural que rodea a San Blas: los canales navegables rodeados de mangles, las pequeñas islas, y la visita anual de más de 300 aves migratorias, que hacen de éste un destino obligado e inolvidable.

Origen de San Blas

El origen de San Blas se remonta a la segunda mitad del siglo XVII, época en la que fue construido como astillero y punto de salida para los viajes de colonización de la Corona Española.

Este puerto fue fundado por Nuño Beltrán de Guzmán en 1530, sin embargo el rey Carlos III de España lo reconoció como puerto de altura hasta 1768, mismo año en el partieron de San Blas los frailes franciscanos comandados por Fray Junípero Serra a la Misión de Nuestra Señora de Loreto con el propósito de colonizar las Californias.

En San Blas se estableció la primera aduana marítima del Pacífico y fue el puerto más importante de esta zona en la época de la Colonia.

Y para que conozca de primera mano la historia de San Blas a través de los relatos de sus cronistas, de su gente y su arquitectura, testigo mudo de esos acontecimientos, no olvide visitar los edificios históricos del puerto.

Su recorrido puede comenzar en La Contaduría, un fuerte construido en 1770 en el cerro de San Basilio, donde se establecieron las oficinas de la contaduría de la hacienda colonial.

Pocos pasos cuesta abajo se encontrará con las ruinas del Templo de Nuestra Señora del Rosario, construido en 1769, donde sentirá que recorre el escenario de alguna película de época y harán que imagine cómo sería la vida de los fieles que vivieron el esplendor de esos primeros siglos de San Blas.

El edificio, cercano al muelle, donde actualmente se encuentra la Casa de la Cultura, fue en su origen la Ex Aduana Marítima, erigida en el siglo XIX con el propósito de controlar el tráfico de mercancías que llegaban al puerto.

San Blas es también un protagonista de la guerra de Independencia mexicana, y esa huella está marcada con una escultura en lo alto de La Contaduría del cura don José María Mercado, insurgente que se levantó en armas para defender la libertad de los mexicanos, intento en el que perdió la vida.

A la historia pasó también el Batallón de San Blas, que con honor defendió en 1897 la capital de México de la invasión norteamericana.

¿Qué playas hay en San Blas?

El viaje a esta histórica joya del Pacífico no podía estar completa sin vivir sus playas.

El Borrego, que se extiende en tres kilómetros de fina y dorada arena, es una de las más visitadas por los amantes de las olas; y luego de un recorrido en lancha tendrá la oportunidad de conocer la playa Isla del Rey, un paraje de gran belleza natural donde además de disfrutar del mar y la arena podrá probar algunas de las delicias gastronómicas de San Blas.

Imprescindible también es la visita a la Piedra Blanca, un pequeño peñasco frente a la costa de este puerto donde se aloja la imagen de la Virgen de Nuestra Señora del Rosario -también conocida como La Marinera- patrona de los navegantes a quien los sanblasenses rinden honores cada siete de octubre; este peñasco es también un importante centro ceremonial de los huicholes.

¿Qué recursos naturales tiene San Blas?

Otras de las maravillas naturales es la ciénaga tropical que comprende el estero de El Pozo y el río San Cristóbal, y por supuesto, el Parque Nacional La Tovara -ubicado a 2 kilómetros de San Blas-una de las atracciones naturales más impresionantes de la zona, donde tendrá la oportunidad de recorrer en lancha y apreciar estampas de una hermosa variedad de mangles, hogar de aves como garzas canelas, blancas, tortugas; así como apreciar de cerca las casas flotantes construidas de madera, hogar de algunos de los primeros asentamientos, las cuales fueron recreadas para la filmación de la película Cabeza de Vaca.

Al final del trayecto existe un cocodrilario comunitario donde podrá apreciar reptiles y diversas especies animales, así como colaborar en las importes labores de investigación y protección de vida silvestre.

El broche de oro de esta inolvidable experiencia puede ser la visita a la Isla Isabel -ubicada a 70 kilómetros del puerto- una formación rocosa de origen volcánico donde habita gran diversidad de aves, o viajar a la comunidad cora de Singayta -a dos kilómetros de San Blas- y tener un acercamiento a su cultura. Su viaje a San Blas, como la esencia de este puerto, será histórico.

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