Destino Familiar

Al llegar a Destiladeras, además del hermoso paisaje de la bahía, cautiva el ambiente familiar y fraterno que se vive en sus más de cinco kilómetros de playa.

Es común observar grupos de jóvenes y niños jugar con una pelota, construir curiosos castillos de arena o lanzarse en una tabla de boogie al encuentro de las olas.

Su nombre tiene origen en una extinta cascada de agua dulce, y en sus doradas y finas arenas se vislumbra la promesa de un futuro proyecto que contempla la construcción de hoteles de gran lujo, clubs de playa, spas de primer nivel, restaurantes y un campo de golf que seguramente consolidará a la Riviera Nayarit como un destino de ensueño para los golfistas de todo el mundo.

Mientras estos sueños se cristalizan, usted puede disfrutar en compañía de su familia y amigos de la tranquilidad y tibieza del mar de Destiladeras.

Es común observar a visitantes que practican deportes como kayak, veleo, o a felices turistas que se divierten en la típica banana o en sus primeros acercamientos al océano en coloridas tablas.

Y para los más aventureros, en la parte sur de esta playa las olas llegan a alcanzar hasta metro y medio de altura, todo un deleite para quienes practican el surf.

Si su espíritu, sin embargo, es menos aventurero y busca tranquilidad, descanso a la orilla del mar, éste es también un sitio ideal que invita a la contemplación de sus abiertos y limpios paisajes, o a caminar por su fina arena mientras se relaja con el rumor de las olas y contempla un hermoso atardecer.

Deléitese también con los deliciosos platillos que se ofrecen en los restaurantes de mariscos afincados en típicas palapas, mientras escucha las notas de un acordeón y entona la letra de una canción mexicana.